Mairena o la reunión de poetas número 37.

Por Sylvia T. Domenech Fernández

¿Hay quien se educa en poesía? Leer poesía es un acto consciente. Es abrirse a la mirada del poema, a la diversidad del género. Juntar poetas y críticos en una revista es reunir voluntades en el ojo del verso. Razón de ser de Mairena, revista de crítica y creación de poesía, poético y didáctico universo. En el año 1994 publicaba el Número 37. Da pie a este escrito. El volumen en cuestión presenta en la portada al poeta del siglo XVII, Matsuo Basho: maestro de poetas y del espíritu de la cultura japonesa de todos los tiempos. Leer poesía es conocer y adentrarse en geografías. En las páginas de la revista se multiplican.

El Índice orienta la mirada. El primero de los textos anuncia el del poeta español afín al Mester de Clerecía, Jesús Tomé: El haiku, una aproximación a sus dificultades. Al occidental que se enfrenta por primera vez al haiku y al trabajo literario de Basho, el más excepcional de los creadores de dicha forma poética, tal vez se exponga a un texto que no le dice nada. O tal vez el lector capte el instante de visión única e intensa sensación. Al acercamiento de Tomé a la cultura japonesa y la didáctica expuesta en el escrito le siguen en las páginas una decena de haikus de distintos poetas, además de uno suyo.

  De una página a otra se encuentra un ensayo de Humberto Senegal, Helcías Martán Góngora: pionero del haiku colombiano, describe el abundante universo literario del poeta colombiano. A su vez, Senegal elabora las claves del acercamiento heterodoxo al haiku de Martán y de otros poetas latinoamericanos.

 Meterse de lleno en la lectura ordenada por el Índice de la revista provoca. La lírica de Dulce María Loinaz, Premio Cervantes 1992, escribe Alicia G. Oria. Leo sobre la rebelde hija del general de guerras y leo “La mujer de humo”, el “Canto a la mujer estéril” y “El espejo”, donde se mira de pasada la poeta cubana.  A los poemas le sigue en el orden de las páginas Odón Betanzos Palacios, el también crítico y poeta español. Aventaja su crítica, por así decirlo, la poesía y las formas clásicas de Juan Avilés, poeta puertorriqueño. Describe al poeta escribiendo desde la orilla fría y de nieve; la ciudad neoyorkina. Su andadura poética tiene lugar por las calles de la isla que lleva en las entrañas donde se mide con el jíbaro y los árboles. Pocos los poemas nacidos fuera del recuerdo, afirma el crítico, sin dejar de hacer mención del enraizamiento de España en la cultura puertorriqueña.

   

         

Páginas de la poética y poesía de Eliseo Diego: la poesía ha sido una manera de vivir, es el texto que sigue. Entrevistado el poeta por el venezolano escritor de tantos géneros Leonardo Padrón. El entrevistador entra a la escena íntima del poeta. Sin saber decir por qué, asegura que a la hora de la conversación deambuló en la habitación el poeta Walt Whitman.  En la tarde luminosa y en el fondo del cuarto, las voces fluyen entre referencias a poetas y a figuras de la literatura infantil. Se menciona la obra y el poeta Diego trae a colación uno de sus libros; El libro de quizás y quien sabe. Hilvana las ideas con sus versos. El oscuro esplendor es de sus libros preferidos. Habla de la ambigüedad del crepúsculo, de la luz que no se sabe si es principio o fin. La visita ha sido como encuentro en las últimas o en el decir último del poeta. En el 1993, el Premio de Literatura Latinoamericana y Caribe Juan Rulfo le ha sido concedido. Ha muerto el poeta en el mes de marzo del año 1994. Ya antes, Eliseo Diego, el poeta cubano de larga trayectoria ha recibido distinciones propias de los más grandes poetas.

  

        

Aurea María Sotomayor se interesa por lectores educados y autosuficientes, dispuestos a opinar, menos sujetos al canon. Afirma la importancia de las voces, el diálogo hermoso y plural que tiene lugar en el trabajo editorial o de conjunto.

Los poemas de poetas como Marigloria Palma, Manuel Álvarez Lezama y trece reseñas de poemarios recibidos por Mairena desde España, Colombia, México, Cuba, y puertorriqueños como  Wenceslao Serra Deliz y Edgardo Nieves Mieles también tienen su espacios en las 150 páginas de la revista. De otros poetas más jóvenes como Ángel Darío Carrero, puertorriqueño de Rincón, estudiante de filosofía en la Universidad de Deusto en España, se publican otros poemas: Libertad, Silencios, Olvido de Versos, Nunca, Ausencia y Duerme poeta. El Número 37 impresiona por la cantidad de trabajos y la diversidad de las voces. Leer es conocer, aprender y moverse entre poetas

.La colección de la revista Mairena representa un mundo poético organizado por su creador/editor, poeta y educador, Manuel de la Puebla. Debe su nombre al personaje Juan de Mairena, creado por Antonio Machado, el poeta español. Y su lema a Luis Palés Matos: el amor se da y se tiene, la luz se tiene y se da.  Con esas intenciones se presenta este ensayo poético, en estos tiempos en que hacerse poeta y publicar no se piensa dos veces.


Sobre la autora

Sylvia T. Domenech Fernández formó parte del Consejo de Redacción de la revista de crítica y poesía Mairena. En el año 1996 publicó La palabra hecha silencio bajo el sello de Mairena. Posterior a ello creó El poder de escribir, un taller de escritura abierto a la comunidad que derivó en la publicación de la revista El Morajú. En años recientes se ha enfocado en la escritura de memorias y biografías. En el 2024 publicó el El barro bajo el sello editorial de Luscinia C.E., un poemario minimalista sostenido en la tensión creativa entre el barro y la palabra poética. Al presente es profesora de cultura mundial e historia de Puerto Rico. Escribe ensayos sobre temas de la cultura y las artes.