ué fácil es pa’ ti que uno sea poeta. Se sienta uno a escribir y a extrañar y a desear que seas feliz y sigues tú ahí… como si nada. A veces, perdiendo se gana. Pero a veces, perder es perder. Sin besos, sin sexo y sin cama. Con frío, con hambre, con cajas de las sobras de comida que me traje del café pa’ botar después en casa.
POR SER ESCRITO Por: Ricardo Marti
Me gustaría toparme algún día con un cuento bien particular que trate sobre un automóvil del futuro cercano que será perfectamente automatizado, de esos que se conducirán por sí solos para que uno pueda disfrutarse el viaje sin tener que hacer nada. El maravilloso y genial automóvil futurista andará de lo más bien por todo el comienzo del relato; y será súper divertido de leer, sin duda, con varios recorridos fascinantes por las carreteras de nuestro porvenir y descripciones tecnológicas que todos podremos disfrutar.
Viejitud, Adentros y Yo no quiero ser princesa Por: Ibis Rodriguez Carro
Viejitud
Estoy ebria, de amor, de locura, ¿Y por qué no?, de sexo. ¿Quién dijo que en la vejez no siento? Se equivoca, es cuando más palpito y me estremezco. ¡Qué equivocadas estamos!
Provocación y Dicótomos Por: Anyolina Guzmán Abreu
Despertar tus besos dormidos, aquellos que nunca has dado; descansar en tu cuerpo fornido y borrar de ti, tu pasado. Tu pasado triste y vacío, y esas horas en las que llevabas un andar lerdo y sombrío, porque tus días no decían nada. No decía nada el resplandor de la puesta del sol en la mañana; ni el canto del ruiseñor alegraba tu alborada.