Qué fácil es pa’ti que uno sea poeta
Qué fácil es pa’ ti que uno sea poeta. Se sienta uno a escribir y a extrañar y a desear que seas feliz y sigues tú ahí… como si nada. A veces, perdiendo se gana. Pero a veces, perder es perder. Sin besos, sin sexo y sin cama. Con frío, con hambre, con cajas de las sobras de comida que me traje del café pa’ botar después en casa. La casa sin hijos, sin leche, callada. Sin arbolito de Navidad. Sin un arcoíris de cepillos de dientes. Todo en su lugar: en un frasco lo importante y en el otro to’ lo urgente. ¿Ves qué fácil es pa’ ti que uno sea poeta? Se sienta uno a leer, a pagar el agua o a pendejear en el celular y termino haciendo un mundo de colores con las flores que sé que te gustaban. Y sigues tú ahí… como si nada. Ni un poquito enamorada porque “eso” ya no es pa’ ti. Ahora, ni tan “hombre” ni tan “bala” o quizás, más lo segundo que lo primero porque dices que en mis versos doy al mundo tu yo. El yo sintigo, el yo sinmigo, el “vamo’ hablar”, y el “como amigos”. y te presto mi abrigo y me llevas a comer. Hasta sales a comprarme el libro, sacas el billete de tu cartera ¡y yo! …te lo regalo. Qué fácil es pa’ ti que uno sea poeta. Se sienta uno pa’ tras, se peina uno el bigote y se dobla la solapa del sombrero. Enciendo un cigarrillo, me enderezo las gafas de sol y espero unos minutos a que todo me haga efecto. ¡Ay, sí! Qué fácil es pa’ ti.
Quiero vivir como un turista
Quisiera ser como tú. Vivir como extranjero en un país donde asombre mi acento, tener posada donde esconderme hasta que se me pase el coraje. Con mil razones para irme y sin dinero pa’ quedarme, coger todos los lunes libres y jugar a enamorarme. Como tú con tus tres camas: la del amor, la del cumplir y en la que amaneces en las mañanas. Llegar llorando a la embajada cuando despierte a medianoche y me dé cuenta que el amor que antes tenía ya no estaba donde estaba. Cruzarme de brazos y hacer nada. Pedir rebaja a los locales, transitar en vías contrarias; que las palabras de mi patria suenen mejor en los oídos de otras patrias. Como tú, que me extrañen en muchas lenguas. Como a ti, que te piensan en latitudes. Llenar de libros mis maletas, sentir que muero en las aduanas. Herir de muerte a los poetas y repetir todo mañana. Quizás, allá consiga quien me quiera. Quizás aumente mi valor por el cambio de moneda. Es que te he visto turistear y me fascina tanto tu manera que ya quiero ser como tú, que ni te vas, ni te quedas.
Prácticum
Yo, el niño que todo lo aprendió de los libros y luego, enloqueció de amor. Tú, el instituto técnico del olvido, donde se aprende practicando.
Sobre el autor
Es natural del pueblo de Aguadilla y residente de San Juan, Puerto Rico. Posee estudios graduados y subgraduados en materias de Historia, Literatura, Pedagogía y Creación Literaria. Entre el 2010 hasta el 2012, se documentaron los eventos narrados en su primer libro El hombre bala y otros eufemismos para decir adiós (Editorial Raíces, 2020). En el 2023, publica su primer poemario, Crónicas en Adderall, donde por primera vez aparecen los textos compartidos en esta revista.